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martes, 14 de febrero de 2012

LA ASTROLOGÍA EN EL CONTEXTO DEL VIAJE INTERIOR

Los signos del Zodíaco representan  manifestaciones particularizadas de la energía en su evolución. Al observar cómo los sabios de la Humanidad representaron estos movimientos, logramos acercarnos al conocimiento de ciertos Arquetipos básicos del alma humana e incluso percibir importantes aspectos de  la dinámica del Cosmos, del cual formamos parte, al cual pertenecemos.

La Astrología – considerada por siglos como un lenguaje sagrado y tan devaluada luego mediante horóscopos y otras aplicaciones pueriles - constituyó, entonces, un profundo tratado de psicología humana desde el punto de vista de su inserción en un Todo mayor: el Universo. Más aún; es una mirada que permite reconocer que no somos seres aislados, y, con ello, reintegrarnos, re-ligarnos. Nos permite abordar el misterio planteado por Heráclito, el sabio griego: “El carácter es el destino”, ya que une la observación del entorno y las circunstancias como inseparables del sujeto que habita en ellas. “Lo que no sé de mí, es lo que me viene como Destino”, agregaría Jung. Es además, un saber sobre el cambio, sobre el devenir, sobre el movimiento de las cosas.

Nuestro recorrido por este antiguo saber (aggiornado y enriquecido mediante la investigación de numerosos estudiosos antiguos y contemporáneos) nos lleva a recorrer también todas las etapas de la vida humana: desde el nacimiento (cuando el impulso de ser inicia su camino de diferenciación a partir del útero como Mar Primordial) hasta la disolución en ese mismo mar. Nos permite abordar el crecimiento, la construcción de la propia identidad, la comunicación,  la creación, la construcción de la  familia,  el servicio, el encuentro con el otro, la sexualidad y la fusión, la conquista del saber, el logro de una identidad pública plena, el ingreso en la red de pares... es decir, las múltiples experiencias que corresponden al inicio, el progreso y  la culminación de los proceso de la vida tanto como la declinación y el término.

Cuando trabajamos temas astrológicos en los T.V.I. [1], propongo abordar este conocimiento para ampliar nuestra percepción, conocimiento e intuición acerca de las personas, las relaciones y la vida en general. El aprendizaje integra tanto el cerebro izquierdo (búsqueda de información tareas reflexivas, análisis) como del derecho (visualizaciones, trabajo de metáfora, juegos).  No es un conocimiento técnico ni busca una aplicación estrictamente “astrológica”. No es necesario saber hacer cartas natales para nutrirse con este saber. Es más bien una mirada profunda, enriquecida y enriquecedora, ligada más a la sabiduría que a la opinión y posee, por tanto,  una virtud transformadora.


[1]  Talleres de Viaje  Interior ©