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ASTROLOGÍA Y PSICOTERAPIA

LA CARTA NATAL EN EL MARCO DEL TRABAJO TERAPÉUTICO
La CN es un mapa del cielo al momento de nuestro nacimiento. Siguiendo el antiguo principio de que “Como es Arriba es Abajo”, - otra manera de decir que en el Universo todo está unido, conectado - dicho mapa muestra también una relación de fuerzas externas (las energías planetarias) que reflejan o representan relaciones arquetípicas simbolizadas por los planetas.

Cada planeta en el cielo es considerado como una función psíquica (amar, luchar, pensar, nutrir, integrar, separar, renovar, etc.), una cualidad (impulsivo, estable, terco, empático, rígido, sensual, etc.) operando en el mundo interno, manifestándose en ciertas áreas de experiencia (la salud, los recursos, la pareja, la familia de origen, el trabajo…), y también simbolizando personas concretas (padre, madre, hermanos, hijos, cónyuge, socios, etc.) . A su vez, los planetas –y, por ende, todo aquello que simbolizan - se presentan en determinadas relaciones, (los aspectos que forman entre sí) . Estas relaciones pueden ser más o menos armónicas. Cuando lo son, consideramos que entre estos planetas la energía fluirá más fácilmente, y aquello que simbolizan se integrará. Los aspectos tensos o duros, en cambio, muestran la necesidad de trabajar para que estos arquetipos dialoguen, aprendan a aceptarse mutuamente, construyan algo que los concilie. De otro modo, el destino de estas energías en conflicto es manifestarse como vínculos difíciles, condiciones inhibidas o bloqueadas, obstáculos que se repiten como "mala suerte"... Un concepto básico del que partimos es que "Destino es todo aquello que ignoramos de nosotros mismos".
Sobre este punto se podrían escribir páginas enteras, pero a los efectos de estas notas baste decir que, al mostrar ciertas dinámicas y características del mundo interno de una persona, la CN muestra su predisposición a entender y vivenciar la vida de cierta manera. Sugiere cómo tenderá el sujeto a escuchar el mundo, incluyendo a las personas con quienes se vincula y a sí mismo como autoimagen. Reaccionará en función de lo que cree que ocurre y de quién cree que es, filtrará los hechos de acuerdo a sus emociones predominantes, y recibirá una respuesta del mundo que probablemente le confirmará su visión. Un ejemplo clásico sería: Si alguien cree que está rodeado de enemigos y que el mundo es básicamente un lugar hostil y la vida una lucha, tendrá una actitud agresiva y rechazante que le hará pelear a menudo. O se mostrará tan débil y temeroso que será más fácil atacarle que amarle.
Así como el cielo se mueve, se mueven las energías, las disposiciones y las posibilidades en la vida de cada persona. Todos tenemos la experiencia de vivir mejores o peores épocas.
Las CNs son constantemente afectadas por estos movimientos, lo cual permite incluir la noción de tiempo, de fases, de ciclos, de procesos, que irán desplegándose en la estructura básica. Cada momento tiene su don, su prueba, su lección. Y conocer la CN ayuda a moverse en consonancia con los tiempos, a no forzar situaciones, a aprovechar los momentos más propicios.
Por otro lado, la mirada astrológica permite ver o comprender también conflictos heredados, temas no resueltos por nuestros padres o aún nuestros antepasados. No conozco ningún otro abordaje que permita revelar con tanto acierto estas cuestiones pendientes que van más allá del sujeto. Ciertas corrientes psicológicas y psicoanalíticas se ocupan de aquello que no ha sido suficientemente elaborado en generaciones anteriores. La teoría de las Constelaciones Familiares y la Psicogenealogía demuestran la importancia de estos factores pretéritos y colectivos, generalmente inconscientes y hasta totalmente desconocidos, en la vida de los individuos. Permiten hacer hipótesis al respecto e intervenir, pero la CN tiene indicadores bastante precisos para sustentar o desestimar esas hipótesis.
Este y muchos otros temas, al ser sugeridos o mostrados en la CN, me orientan también respecto de qué buscar, y por lo tanto qué preguntar.

Por lo general, prefiero no analizar una CN antes de conocer a una persona. Prefiero encontrarme con esa persona sin preconceptos, en lo posible. La CN es un instrumento que se irá desplegando a medida que trabajemos, más un a posteriori que redondea algunas hipótesis que un a priori que condiciona. Más de una vez me ha sucedido escuchar un relato y figurarme que existe una determinada configuración - un aspecto, por ejemplo - que acompaña esta manifestación, mirar la carta y ¡bingo! encontrarla. Esto no explica los fenómenos, que igual deben ser comprendidos siempre desde el mundo de significaciones individual de cada sujeto. Pero a veces me abren a la comprensión más sutil o más profunda de un modo de ver las cosas que puede ser totalmente diferente del mío y que prefiero no encuadrar directamente en teorías preconcebidas. Estas pueden venir en mi ayuda, pero nunca les rindo pleitesía.
Una CN me dice de las disposiciones, las posibilidades, las condiciones facilitadas y las dificultades con las que alguien puede encontrarse. Lo que no puede decir es qué hará el sujeto con ellas. En eso consiste su libre albedrío. Y el proceso terapéutico debe orientarse a estimular la confianza y la creatividad necesarias para que cada uno encuentre sus propias respuestas y soluciones.
El libre albedrío es – precisamente – el espacio en el cual un proceso terapéutico tiene algo que ofrecer.